Historia
de mi hijo especial
Alexander es un niño muy afortunado, se
encuentra rodeado de personas maravillosas que están dispuestas a ayudarlo.
Alexander empezó a presentar señales de autismo desde muy pequeño, alineaba los
juguetes, separaba por colores, le gustaba girar las ruedas de los cochecitos,
no tenía juego imaginario, se volvió selectivo con los alimentos, retrocedió en
el desarrollo normal, perdió el lenguaje y lo cambió por jerigonza, dejó de
escuchar nuestra voz, perdió el contacto visual, empezó a caminar con la mirada
en el infinito, empezó a tener movimientos repetitivos con los brazos y manos
como si aleteara, los sonidos fuertes empezaron a lastimar sus oídos y se
empezó a perder en su mundo.
Él fue diagnosticado con autismo severo a
los tres años. Fue llevado a muchos hospitales para descartar hiperacusia, el
primer diagnóstico confirmado fue en el hospital General, en CDMX,
posteriormente en Comunicación humana obtuvo el diagnóstico por escrito:
autismo tipo Kanner. El Hospital del niño confirmó el diagnostico. Desde el
primer momento en que sospeché que podía tener autismo llené de material
didáctico la casa. Busqué todo tipo de terapias para intervenir de manera
oportuna en su adaptación al medio ambiente, fue enviado a equinoterapia.
acuaterapia, terapia ocupacional, psicología y terapias en casa. Al cumplir
cuatro años fue aceptado en el Centro Integral de Salud Mental (CISAME) después
de valorarlo en diversas sesiones, fue notorio el avance obtenido por las
terapias recibidas: terapia ambiental, psicomotricidad fina, control de
esfínteres. Paidosiquiatría, etc. fue diagnosticado con autismo moderado. Al
cumplir cinco años fue llamado por el Centro de Autismo Teletón (CAT) para
continuar en terapias, obteniendo grandes y considerables avances, el CAT
trabaja con el método Teacch, enseñando a los niños por medio de pictogramas.
Desde el inicio de la contingencia
sanitaria, Alexander permanece en casa, todos los días revisa su agenda visual
para saber qué actividades va a realizar, y por medio de los pictogramas sabe
que debe permanecer en casa. De acuerdo al semáforo sanitario, no es seguro
viajar, en este momento Alexander es un niño de 11 años y ha logrado comprender
su entorno.
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