lunes, 23 de agosto de 2021

 

Historia de mi hijo especial

     Alexander es un niño muy afortunado, se encuentra rodeado de personas maravillosas que están dispuestas a ayudarlo. Alexander empezó a presentar señales de autismo desde muy pequeño, alineaba los juguetes, separaba por colores, le gustaba girar las ruedas de los cochecitos, no tenía juego imaginario, se volvió selectivo con los alimentos, retrocedió en el desarrollo normal, perdió el lenguaje y lo cambió por jerigonza, dejó de escuchar nuestra voz, perdió el contacto visual, empezó a caminar con la mirada en el infinito, empezó a tener movimientos repetitivos con los brazos y manos como si aleteara, los sonidos fuertes empezaron a lastimar sus oídos y se empezó a perder en su mundo.

      Él fue diagnosticado con autismo severo a los tres años. Fue llevado a muchos hospitales para descartar hiperacusia, el primer diagnóstico confirmado fue en el hospital General, en CDMX, posteriormente en Comunicación humana obtuvo el diagnóstico por escrito: autismo tipo Kanner. El Hospital del niño confirmó el diagnostico. Desde el primer momento en que sospeché que podía tener autismo llené de material didáctico la casa. Busqué todo tipo de terapias para intervenir de manera oportuna en su adaptación al medio ambiente, fue enviado a equinoterapia. acuaterapia, terapia ocupacional, psicología y terapias en casa. Al cumplir cuatro años fue aceptado en el Centro Integral de Salud Mental (CISAME) después de valorarlo en diversas sesiones, fue notorio el avance obtenido por las terapias recibidas: terapia ambiental, psicomotricidad fina, control de esfínteres. Paidosiquiatría, etc. fue diagnosticado con autismo moderado. Al cumplir cinco años fue llamado por el Centro de Autismo Teletón (CAT) para continuar en terapias, obteniendo grandes y considerables avances, el CAT trabaja con el método Teacch, enseñando a los niños por medio de pictogramas.

     Desde el inicio de la contingencia sanitaria, Alexander permanece en casa, todos los días revisa su agenda visual para saber qué actividades va a realizar, y por medio de los pictogramas sabe que debe permanecer en casa. De acuerdo al semáforo sanitario, no es seguro viajar, en este momento Alexander es un niño de 11 años y ha logrado comprender su entorno.

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